Contratar a personas con discapacidad, una decisión inteligente
Vivimos tiempos convulsos, hemos atravesado una época difícil donde gran parte del camino andado, ha parecido desandarse. Por ello es más que necesario hacer un alto en el camino, para reflexionar sobre cómo construir nuevas sendas que garanticen el crecimiento inteligente, orgánico y sostenible de organizaciones que como la Fundación ONCEestán dedicadas en cuerpo y alma al crecimiento de la sociedad. Cobra más importancia que nunca en un contexto de alto desempleo como el que vive nuestro país, seguir trabajando duro para generar oportunidades de empleo para las personas con discapacidad. Así conseguiremos construir una sociedad más inclusiva que minimiza el riesgo real de laexclusión social de un colectivo que en España alcanza a cerca de cuatro millones de personas, además de sus familias.
Y esto no es baladí, no es algo accesorio reservado a los tiempos de bonanza, como muchos puedan erróneamente pensar, sino que es mortal de necesidad en los tiempos de escasez donde la clave del crecimiento pasa por mejorar lacompetitividad del tejido empresarial. Una competitividad que sin duda en nuestro país está claramente mermada como lo demuestran los 4,57 puntos que España obtuvo en el Índice de Competitividad publicado por el Foro Económico Mundial, que mide cómo utiliza un país sus recursos y capacidad para proveer a sus habitantes de un alto nivel de prosperidad. España ocupa el puesto 35 del ranking de competitividad mundial, de los 148 países analizados. Los países que en el ranking se sitúan por delante de nuestro país como Alemania, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Reino Unido o Suecia, puntúan también por encima de España en cuanto a tolerancia de la diversidad se refiere, pudiéndose concluir que a mayor inclusión, y mayor diversidad, mayor competitividad.
Conseguirlo no es tarea fácil, sin embargo la unión hace la fuerza y gracias a la colaboración del sector público-privado, un partenariado impulsado desde las administraciones europea, estatal y autonómicas, en el que participan entidades expertas como Fundación ONCE, cuya razón de ser es la integración de las personas con discapacidad, contribuyendo así a la igualdad real de oportunidades., a través de la confluencia de las políticas activas de empleo y formación. En este sentido Fundación ONCE ha contribuido con lo que empezó siendo un granito de arena a jugar un papel esencial en la tarea de hacer encajar a los dos principales protagonistas del empleo el talento de los candidatos y a las empresas en búsqueda de talento.
Fundación ONCE a través de FSC Inserta, su organización centrada en la inserción de personas con discapacidad, a través de dos ejes principales, por un lado la creación de oportunidades de empleopara personas con discapacidad, y por otro en el desarrollo del talento de las personas con discapacidad. Tanto aquellas cercanas al mercado de trabajo tan cambiante en los últimos años, como aquellas más lejanas de éste. FSC Inserta como entidad líder en la inserción de personas con discapacidad, asume la responsabilidad de buscar mejores e innovadoras formas de insertar al talento, especializándose en la gestión de recursos humanos y de intermediación laboral. Misión que convierte en realidad, a través de la ejecución del Programa Por Talento, nombre que recibe el Programa de Lucha contra la Discriminación 2007-2013, que gracias a la cofinanciación del Fondo Social Europeo y deFundación ONCE, se convierte en la herramienta principal hacia la inclusión de las personas con discapacidad en España.
Pese a que las recientes dificultades experimentadas en el mercado de trabajo han podido transmitir la sensación de haber desandado el camino, y pese a que aún queda un largo camino por recorrer, se han hecho grandes avances. Sobre todo en concienciar a la sociedad de que las personas con discapacidad son poseedoras de un gran talento, y de ahí el nombre de la plataforma para el empleo y la formación PorTalento. Porque tener una discapacidad no supone carecer de talento, no son personas con menos capacidades, o menos válidas, muy al contrario, las personas con discapacidad reúnen aptitudes y actitudes, de gran valor para las organizaciones y su contratación comporta una notable ventaja competitiva que redunda en importantes beneficios: desde la indudable riqueza que aporta a la diversidad cultural a la innovación, pasando por la mejora del clima laboral, por el elevado nivel de compromiso, el aumento de la reputación corporativa así como la posibilidad de acceder a importantes incentivos económicos (como deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedad, bonificaciones a la cuota de la Seguridad Social, subvenciones, etc.).
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el empleo de las personas con discapacidad del año 2013 apuntan a que en España hay 1.428.300 personas en edad de trabajar (entre 16 y 64 años) de este colectivo, lo que supone un 4,7% sobre el total de la población en edad de trabajar de todo el país. Pero de la comparativa entre los datos sobre empleo de las personas con y sin discapacidad se derivan realidades que aún evidencian la baja participación en el empleo de las personas con discapacidad: su tasa de actividad se sitúa en el 37,4%, un ratio que está muy por debajo del 77% de personas activas sin discapacidad. Existe todavía un amplio colectivo de personas con discapacidad que podrían trabajar, pero que por diversas razones aún no han dado los pasos necesarios para entrar en el mundo laboral.
La tasa de paro para el colectivo fue en 2013 del 35,0%, nueve puntos más que la población sin discapacidad, lo cual evidencia que a pesar de que queda camino por recorrer, se ha hecho una labor encomiable. Los datos en el segmento de población de entre 25 y 44 años son también muy preocupantes: la tasa de actividad alcanza el 51,7% en las PCD, lejos aún del al 90% de las personas que no la tienen. La menor tasa de participación en el mercado laboral de las personas con discapacidad es aún más grave cuando se abarca el segmento de los más jóvenes, tanto en lo que respecta a su tasa de actividad (personas en disposición de trabajar, aunque no lo consigan), como en lo que respecta a la tasa de empleo (personas con contrato de trabajo). En este dato tan dramático para la sociedad española y europea, se encuentra la razón del ser del impulso por parte de Fundación ONCE de planes específicos, como el Plan No Te Rindas Nunca (NTRN), dirigido a la formación y el empleo de menores de 30 años con discapacidad. Esta iniciativa sirve tanto para que los empresarios puedan aprovechar el talento de las PCD, como para motivar a aquellos jóvenes con discapacidad que todavía no han dado un paso adelante en el ámbito laboral.
Así, a pesar de que algunos datos aún son negativos, es necesario no caer en la desesperanza, y reconocer que el número de contrataciones de personas con discapacidad en los últimos años ha mejorado notablemente y se mantiene en una senda ascendente que sin duda contribuirá al crecimiento de la competitividad de nuestro país. Las poco más de 61.000 contrataciones realizadas en 2012 fueron casi 70.000 en 2013, lo que supone un 13,9% de aumento de un año a otro. En la mejora de estas cifras es innegable el impulso que Fundación ONCE da a la inserción laboral y a la cualificación de las personas con discapacidad sobre todo a través de FSC Inserta, pero estos datos optimistas son gracias al esfuerzo coordinado de las instituciones europeas, nacionales, y autonómicas, de la mano de una red de organizaciones que juntas trabajamos para hacer nuestra sociedad una sociedad más inclusiva y más competitiva que contribuya a posicionar a España en la senda del crecimiento inteligente, orgánico y sostenible. Juntos conseguiremos hacer de este sueño, una realidad, gracias al esfuerzo de todos.