Vida independiente y discapacidad ¿Quimera o realidad? Muchas pCdi no se independizan por la dificultad de acceso a la vivienda y la falta de recursos

El tipo de vivienda y el acceso a una vida independiente influye significativamente en la calidad de vida de las pCdi. 

La tasa de desempleo de las pCdi es del 80 % y de los que trabajan la mayoría recibe un salario inferior a 10.000 euros anuales, lo que restringe el poder alquilar o comprar una vivienda

El 72% de las pCdi sigue viviendo con sus familias, influenciadas por factores como la tradición cultural o porque no existen opciones ni apoyos para poder vivir de forma independiente en una vivienda no institucional (pisos propios, compartidos o tutelados):

• falta de viviendas adaptadas y accesibles
• escasez de recursos económicos
• falta de oportunidades laborales de las pCdi

Radiografía de la vivienda para personas con discapacidad intelectual     

viviendas familiares, viviendas institucionales (residencias) y viviendas no institucionales

En España hay 300.000 pCdi (de las cuales 180.000, adultos):

• vivienda familiar,  68,2 %
• viviendas institucionales (residencias), 10,4 %
• forma independiente en viviendas no institucionales, 20,3 % (de las cuales un 5,4% son una vivienda propia)

Pero al 45,5 % de las pCdi les gustaría independizarse en una vivienda no institucional (pisos compartidos o tutelados que ofrecen entornos personalizados y grupos reducidos) y que no lo hace por motivos familiares, económicos o personales.

Los apoyos más demandados para alcanzar la vida autónoma son tareas como gestión del dinero, cocinar o saber qué hacer cuando se enferman, algo que podría ser fácilmente alcanzable con formación, apoyo de personal social o incluso a través de la tecnología y la inteligencia artificial.

Barreras económicas: la tasa de desempleo para pCdi es el 80 %. Y los que trabajan, la mayoría recibe un salario inferior a 10.000 euros anuales. Además, no hay alternativas habitacionales adecuadas y paupérrimas ayudas.

Los modelos de vivienda no institucionales tienen un impacto positivo en la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual

Sector público debe impulsar cambios significativos en la transición a modelos comunitarios e inclusivos de vivienda:

1. aumentar parque con precios sociales
2. modificar bases de planes de vivienda públicos para que las pCdi, sus familias o entidades sociales

Ejemplos de planes que se han puesto en marcha son Estrategia Estatal de Desinstitucionalización, el Proyecto EDI, la Plataforma VIDAS o el Plan Vive.

Sector privado inmobiliario (promotoras, grandes tenedores o gestoras): crean incentivos para reservar parte de su cartera a viviendas para pCdi.

Tecnología e IA: facilitadores y aceleradores: portal específico de vivienda, asistentes digitales y domótica a través del Big Data, IoT, Realidad Virtual…

Colaboración público-privada

“En la mayoría de los casos, no se ha hecho nada por puro desconocimiento del problema. Conforme trabajábamos en el documento hemos detectado que muchas empresas están interesadas en colaborar para ofrecer soluciones a este colectivo”

En otros países de Europa como Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca, ya se han implementado con éxito modelos de viviendas no institucionales y apoyos personalizados sin instituciones. Por eso, desde fundaciones como la nuestra, trabajamos para crear soluciones innovadoras de vida independiente, colaborando con el sector privado e integrando tecnología e IA.

“Las promotoras de vivienda, los grandes tenedores y las administraciones públicas pueden tener un rol clave facilitando el acceso a vivienda a las personas con discapacidad intelectual.

Soluciones tecnológicas innovadoras pueden facilitar la vida independiente de las personas a la vez que reducen el coste asociado”

"Construyendo hogares: 
el acceso a la vivienda de las personas con discapacidad intelectual"