Para Max Schieler, Analista de Sostenibilidad por Países de RobecoSAM, unos lo han hecho mejor que otros
Confiar solo en las variables del sistema sanitario no basta para evaluar el grado de preparación de un país para esta amenaza pandémica. La capacidad de reaccionar eficazmente depende de la solidez y el buen funcionamiento del marco institucional.
Resulta esencial para asegurar la representación y la igualdad entre los ciudadanos y la responsabilidad de sus líderes:
- Instituciones estatales robustas
- Sistema sólido de control y equilibrio
- Administración pública capaz
- Grupos fuertes de apoyo y defensa
- Sociedad civil vibrante
Los países mejor clasificados conforme a los principales indicadores relacionados con el sistema sanitario se encuentran entre los focos críticos de esta pandemia, especialmente Estados Unidos, España, Italia y Francia.
La evaluación de los Criterios ASG (Ambientales, Sociales, Gobierno) puede proporcionar conocimientos muy útiles sobre:
- su capacidad de gestión de las crisis
- sus posibles vías de recuperación económica
El coronavirus ha sacudido los cimientos de muchos países, con efectos devastadores. Sin embargo, muchas de las debilidades estructurales que ha exacerbado la crisis ya resultaban claramente visibles en los datos de evolución de los Criterios ASG de los países.
1. El comportamiento ASG de los países y su capacidad para contener el virus, reducir sus consecuencias económicas y mitigar sus ramificaciones sociopolíticas: las puntuaciones elevadas en los parámetros relacionados con el sistema sanitario resultan insuficientes a la hora de predecir la capacidad de reacción de los países.
2. Los datos ASG de los países no solo ofrecen una panorámica de su dimensión social, sino también sobre sus prácticas de gobierno. Niveles elevados en los indicadores institucionales y de gobierno (la “G” de ASG), se correlacionan claramente con la capacidad de reacción de los países, lo que ayuda a explicar los sorprendentes éxitos y fracasos de muchos países en la gestión de la crisis.
3. Los regímenes autoritarios no han tenido más éxito que las democracias occidentales en la lucha contra el coronavirus ni en el control de su propagación e impacto.