Muchas personas sufren terror tras la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) de Valencia ante la destrucción extrema que estos fenómenos meteorológicos causan
Las catástrofes naturales puede generar experiencias difíciles de procesar, llevando a los afectados a experimentar reacciones intensas:
- hipervigilancia
- pensamientos intrusivos
- insomnio
- aislamiento
Además de la carga emocional inmediata, hay efectos colaterales duraderos que pueden afectar la recuperación psicológica.
Por ejemplo, la reconstrucción de una vivienda o la pérdida de medios de subsistencia puede extenderse durante meses o incluso años, lo que prolonga el estado de vulnerabilidad. En estas situaciones de emergencia continua, muchas personas se ven incapaces de encontrar esa estabilidad emocional que ayuda a integrar la experiencia traumática y el regreso a una vida normal.
El estrés postraumático (TEPT) puede comenzar seis meses después del incidente que desencadena el trauma y que se manifiestan en forma de:
- flashbacks
- evitación de recuerdos del evento
- sentimientos de culpa
- constante sensación de peligro
El impacto emocional de estos desastres es profundo y no se limita a los propios días del evento. El estrés y la ansiedad que genera enfrentarse a una nueva realidad donde la seguridad personal, familiar y económica se ven amenazadas, pueden minar la salud mental a largo plazo.
«En muchas ocasiones, las personas que pasan un fenómeno natural extremo pueden experimentar alteraciones a nivel emocional, ya que el trauma influye en su percepción de la realidad y la manera en la que se relacionan con el entorno”
Daniela Silva, Cigna
Este choque puede no superarse fácilmente, y requerir de tiempo, paciencia y apoyo profesional. En casos como incendios o desastres naturales, los primeros meses suelen requerir un alto nivel de adrenalina para resolver la parte relacionada con la supervivencia (encontrar nuevo hogar, manejar las secuelas físicas y económicas), haciendo que se demore el inicio de los síntomas.
«Es crucial que los afectados reciban apoyo continuo mientras se adaptan a su nueva realidad, y proteger, así, su salud mental a largo plazo”
Marina Alba, Cigna
Cinco consejos de Cigna Healthcare
- Volver a retomar actividades, dentro de lo posible. Hay nuevos miedos, como bajar a la calle, salir de su hogar e, incluso, quedarse dormidas por si vuelve a pasar algo similar.
- Limitar la exposición a las noticias del desastre. La sobreexposición a noticias del evento traumático puede intensificar el miedo y revivir el trauma, lo que aumenta la angustia y dificulta el proceso de recuperación. Alerta ante contenidos falsos y alarmantes.
- Encontrar un oasis de calma en medio del caos. Establecer prioridades en las que se distinga lo urgente frente a lo que puede esperar permite enfocarse en lo esencial y evitar la parálisis por el exceso de opciones. Además, desglosar el problema en pequeños pasos para que resulte un poco más fácil manejar el estrés y evitar sentirse abrumado.
- Crear un círculo de apoyo y ayuda. Aceptar las emociones (miedo, ira, tristeza o confusión) y expresarlas abiertamente ayuda a desahogarse y a procesar lo vivido.
- Gestionar la ecoansiedad de manera consciente. Angustia ante la magnitud de los problemas ambientales y su futuro. Informarse e involucrarse en acciones positivas que impulsen un futuro más responsable como el reciclaje o el ahorro energético.