Ya hay nuevo Equipo Coordinador Federal de la Asociación Española para el Fomento de la Economía del Bien Común con sede en Miranda de Azán (Salamanca)
El sistema de elección es el de votación por consenso sistémico, el más democrático de todos los sistemas de votación existentes.
El nuevo equipo reduce su estructura y número de miembros para una mayor agilidad y versatilidad. Hay compañeros de los distintos Campos de Energía logrando representación de regiones como Cataluña, Andalucía, Valencia, Aragón, Murcia o Madrid.
Equipo
- Presidencia Debla Orihuela y Anke Schwind
- Secretaría Germán Giner
- Tesorería Pedro Olazabal
- Vocalías
- Organización Luis Avilés
- Conocimiento Cristina Ferrer
- Municipios Charo Gómez-Álvarez
- Empresas Andreu Pérez.
Se trata de sensibilizar y formar para dar a conocer el movimiento. Ya hay 100 asociados EBC en toda España, 50 empresas EBC y miles de simpatizantes (2100 podría ser una cifra coherente).
Estos dos últimos años se han formar consultores acreditados en el Balance del Bien Común, así como un grupo de Auditores para acreditar a las empresas EBC. También se ha realizado formación en facilitadores de Municipios, para poner en marcha municipios del Bien Común. Además, en Valencia se ha creado la primera Cátedra EBC en la Universitat de Valencia.
El nuevo Equipo Coordinador Federal continuará con este tipo de actuaciones para que la EBC vaya calando en nuestra sociedad para conseguir realmente el cambio necesario de la misma. El movimiento no para de crecer en Europa.
La Economía del Bien Común es el modelo de economía cooperativa de mercado. Nació en Viena en 2011 de la mano del sociólogo Christian Felber. Es un modelo alternativo al capitalismo y a la economía planificada, basado en valores reconocidos por la Constitución Española como la dignidad humana, la igualdad, la justicia social, la solidaridad, la democracia, la transparencia, la confianza o la sostenibilidad ecológica.
En la economía real actual se mide el éxito económico con valores o indicadores monetarios como el producto interior bruto y los beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos. Estos indicadores no nos dicen nada sobre si hay guerra, se vive en una dictadura, si sobreexplotamos el medio, si se respetan los derechos humanos, etc. De la misma manera que una empresa tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni cómo lo produce.
Finalmente, la información sobre la evaluación de los valores del bien común podría permitir al consumidor escoger los productos. Para los defensores de la economía del bien común, aquellas empresas a las que guíen esos principios y valores deben obtener ventajas legales que les permitan sobrevivir, frente a los valores del lucro y la competencia actuales.