Tribuna

Retirada de bancos de lo ASG

silvino poza

¿Qué impacto tiene la retirada de bancos y empresas de las iniciativas de sostenibilidad ASG como Net Zero Banking Alliance (NZBA)?

Armand Satchian, Crédit Mutuel Asset Management
Armand Satchian, Crédit Mutuel Asset Management

Tras la reelección de Trump, varios bancos norteamericanos abandonaron NZBA y otras, reflejando un cambio político que ha generado escepticismo sobre estos compromisos. Donald Trump cambió el panorama, contribuyendo, sin duda, a la retirada de varios bancos norteamericanos de la alianza.

Goldman Sachs abandonó la alianza en diciembre de 2024, marcando el final de un año que hasta entonces había sido prometedor. La NZBA había atraído nuevos miembros, entre ellos: Eurobank Holdings, Principality Building Society, SBAB Bank o Bank of Queensland.

Pero algunos bancos empezaban a retirarse de la iniciativa Science Based Targets. La capacidad de la NZBA para estimular el compromiso del sector bancario en 44 países, así como su habilidad para orientar a sus miembros, quedó en evidencia.

A finales de mayo, 118 bancos de la alianza habían establecido objetivos de descarbonización y 76 publicado un plan de transición

140 bancos que representan 56 billones de dólares en activos se habían comprometido. Sin embargo, la NZBA tiene ahora que  hacer frente a un nuevo reto: la desvinculación pública de una serie de partes interesadas de las iniciativas de sostenibilidad.

En enero de 2025 abandpnan:

  • reguladores como la Reserva Federal (Fed) la Red para Ecologización del Sistema Financiero (NGFS)
  • gestores de activos como BlackRock la Iniciativa de Net-Zero de Gestores de Activos (NZAM)
La retirada afecta a cuestiones medioambientales y también a las sociales

Google, Disney, McDonald’s, Ford y Meta abandonan o recortan sus programas de Diversidad, Igualdad e Inclusión (DEI).

El 85  % de los miembros de los consejos de administración estadounidenses creen que adoptar una postura sobre cuestiones sociales podría llevar a una posible pérdida de clientes (frente al 71 % en 2017).

Así, mientras el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, criticaba la denominada ‘libertad de expresión’ en Europa, varias partes interesadas en EE.UU. parecen considerar que es mejor evitar abordar públicamente las cuestiones de sostenibilidad.

Aún es pronto para saber si esta desvinculación pública llevará necesariamente a una reducción de los esfuerzos en sostenibilidad, especialmente entre los actores menos activos.

Retirada de bancos de lo ASG: algunos interpretan este cambio como una simple evolución en la gestión de riesgos ASG, que prioriza las acciones concretas sobre las declaraciones públicas

En algunos casos, la desvinculación ha ido acompañada de una comunicación destinada a tranquilizar. Los bancos norteamericanos, por ejemplo, reiteraron rápidamente su intención de continuar con sus iniciativas relativas a la transición hacia una economía baja en carbono.

Sin embargo, solo los informes anuales integrados/informes de sostenibilidad de 2025 comenzarán a revelar el impacto real de esta desvinculación en la credibilidad de sus estrategias de sostenibilidad.

Estas posturas:

  1. limitan el debate abierto
  2. dificultan el progreso de la acción colectiva y
  3. paradójicamente, sugieren que no es prudente abordar públicamente los crecientes riesgos de sostenibilidad

De hecho, esta falta de compromiso llega en un momento crucial. Ya no es posible limitar el calentamiento global por debajo de 1,5 °C.

Además, en su último informe sobre riesgos globales, el Foro Económico Mundial señaló riesgos:

  • corto plazo: la polarización social, que compromete la estabilidad
  • largo plazo, los cuatro mayores riesgos globales están vinculados al clima:
    • fenómenos meteorológicos extremos
    • pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas
    • cambios críticos en los sistemas terrestres
    • escasez de recursos naturales.

Además, gestionar el riesgo climático será cada vez más complejo, ya que su probabilidad ya no puede evaluarse solo con datos históricos.

Para enfrentar estos desafíos, es necesario que los agentes económicos estén bien preparados. Aunque la participación pública no garantiza alcanzar los objetivos definidos, sin duda, brinda a las distintas partes interesadas la oportunidad de debatir la pertinencia de las medidas propuestas. También crea una dinámica de mercado que apoya a todos los actores, independientemente de sus recursos.

Cinco bancos norteamericanos más pequeños han decidido seguir siendo parte de la NZBA

Eso sí, la mayoría de los principales bancos, tanto miembros actuales como antiguos de la alianza bancaria, todavía tienen un largo camino por recorrer en su transición hacia las bajas emisiones de carbono. Sin embargo, cabe destacar que la alianza ha desempeñado un papel crucial en la concienciación colectiva sobre las medidas necesarias en el futuro.

Es necesario abordar un tema clave: la integración de las «emisiones facilitadas» (emisiones derivadas de las actividades de los mercados de capitales) en los objetivos de descarbonización de los bancos.

Al desvincularse, los bancos ya no son responsables de la iniciativa. Solo cabe esperar que las partes interesadas económicas mantengan sus compromisos medioambientales y sociales.

Sin embargo, debido al inestable contexto político, es razonable preguntarse qué los motivaría a hacerlo.

Los inversores ASG tienen un gran poder de presión y pueden influir en gran medida en las partes interesadas para que se mantengan en el objetivo; ciertos inversores ya han declarado públicamente la importancia de mantener un sólido compromiso climático respaldado por una legislación firme.

Imagen: Silvino Poza

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