Las estadísticas son demoledoras. El 97% de los presidentes de las empresas europeas cotizadas en Bolsa son hombres. La proporción de mujeres en consejos de administración de las empresas de la Unión Europea varía desde el 4% de Malta hasta el 25% de Finlandia, pasando por el 14,3% de España. De media el 16%, muy lejos del objetivo marcado del 40%.
Se trata de un problema complejo como demuestra el hecho de que el 60% de quienes terminan estudios superiores son mujeres. Soluciones simplistas, por tanto, no harán más que distorsionar aún más una situación que perjudica a la sociedad en su conjunto ya que elimina la posibilidad de acceder a puestos directivos a muchas mujeres. El drama es mayor en una situación como la actual, huérfana de líderes. Esperar sentados a que a que se resuelva naturalmente la desigualdad no parece ser la mejor propuesta. Para la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, la presión regulatoria funciona de acicate para que cada vez haya más compañías que compitan para atraer el mejor talento femenino.
Introducir legalmente la obligatoriedad de las cuotas de representación, dotándola de plazos realistas y sanciones para su incumplimiento con la pretensión de avanzar, sin más retrasos, como defienden algunos, puede ser una alternativa. Las Comisiones de Asuntos Jurídicos y de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género de la Euro Cámara así lo respaldaron marcando como fecha límite 2020. ¿Cómo se implementarían estos nuevos requisitos? En los procesos de selección de personal, por ejemplo, cuando haya varios candidatos con igual cualificación, las empresas estarían obligadas a escoger al del sexo infrarrepresentado. Requisitos que, de momento, solo se aplicarían a las grandes empresas y no a las pymes. También habrá sanciones. Las empresas que incumplan quedarán excluidas de las licitaciones públicas y de financiación de los fondos estructurales de la UE.
Es imprescindible que las mujeres reclamen su papel de líderes y compitan en igualdad de condiciones a la hora de acceder a puestos directivos. Es su oportunidad. Y también su responsabilidad. La sociedad será la principal beneficiada de esta valiosa aportación.
Juan royo, director de culturaRSC.com