Pacto Social, o quiebra del sistema

Juan Royo Abenia

Derechos y deberes son conceptos relativos. Lo mismo que otros como Libertad. Para que yo tenga más derechos, alguien tendrá que ver reducidos los suyos. ¿Cómo se consensua el derecho a la información frente al de la intimidad? ¿O el de cita en un texto frente a la propiedad intelectual? ¿Derecho a una vivienda digna? Por supuesto. El problema es quién la paga. Juegos Olímpicos, Exposiciones Internacionales, Torres y Puentes faraónicos, Aeropuertos, Televisiones Autonómicas, AVEs,… me parecen maravillosos pero ¿Quién los paga?

Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que se nos quería vender que España jugaba en la Champions de la economía de Europa. Y cuando nuestros dirigentes se comprometían a superar la renta per cápita de Francia «en 3 ó 4 años». De aquellos polvos vienen estos lodos. Los compromisos políticos son diabólicos pues condicionan el gasto tan solo a los periodos electorales no a la sostenibilidad. Nadie quiere dar malas noticias, no vaya a ser que maten al mensajero, es decir, no vaya a ser que pierdan votos. Hoy en día el 23% de nuestra tasa de desempleo es la mayor de los 27 Estados de la Unión Europea. El drama se convierte en pesadilla cuando observamos que 1 de cada 10 hogares españoles tienen a todos sus miembros activos en paro. Es decir los ricos son cada vez menos ricos pero los pobres son cada vez más pobres lo que abre la brecha entre unos y otros. Y también aquí España es la triste líder de Europa.

El riesgo de polarización de nuestra sociedad es más alarmante que nunca. La falta de cohesión social conllevará enfrentamientos entre posiciones antagónicas y aparentemente irreconciliables, basadas en muchos casos en tópicos que se utilizan como armas arrojadizas.

La flexibilidad es la única solución. Flexibilidad unida a sostenibilidad. No podemos caer en la miopía del corto plazo. Las inversiones (en equipos, infraestructuras pero también en personas) deben ser a largo plazo. Se ha agotado el tiempo. El pacto social debe ser firmado ya. ¿Reducción se salarios para aumentar la competitividad? Por supuesto. Pero esta cesión no puede ser gratis. Las empresas deben dar algo a cambio: conciliación, jornada continua, participación accionarial o retribución variable deben ser armas con las que aumentar el valor añadido de las propias compañías.

Juan Royo, director de culturaRSC.com