Tribuna

Las tierras raras de Groenlandia: una fiebre del oro moderna

Foto de Tomáš Malík
Pepe Baena, OBS Business School

Las tierras raras de Groenlandia: una fiebre del oro moderna ¿Qué interés tienen Donald Trump y Xi Jinping?

Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos lantánidos que se utilizan para crear productos tecnológicos y armamento.

Debido a sus condiciones magnéticas, sirven para desarrollar y mejorar:

  1. baterías
  2. discos duros
  3. teléfonos
  4. ordenadores
  5. coches híbridos
  6. armas
  7. equipos médicos…

El coste de extraerlas es muy alto no solo por cuestiones económicas sino también porque algunos de estos materiales pueden estar contaminados por elementos radioactivos como el uranio, que dañan al hombre y al medio ambiente.

La mayoría de las tierras raras están concentradas en China, pero Groenlandia tiene lo suyo

En Groenlandia está la mina de Kvanefjeld (Crienfil), región que se ha convertido en el segundo mayor yacimiento de tierras raras del mundo. Además, bajo el hielo de Groenlandia estaría hasta el 25 % de las reservas mundiales. De ahí las ambiciones de Trump y de Xi Jinping.

​China tiene casi hoy el monopolio sobre estos minerales así que el descubrimiento de que Groenlandia podría ser un proveedor rival ha desatado una fiebre del oro moderna. Las superpotencias mundiales están compitiendo para ganar influencia.

Los inversores multimillonarios están apostando a lo grande. Las empresas mineras se han instalado en varias zonas de la isla en una búsqueda que incluye níquel, cobalto, titanio y, sí, oro. Sin embargo, aquellos que desean explotar las riquezas de la isla tendrán que vérselas con el gobierno de Groenlandia y los residentes, mayoritariamente indígenas, de Narsaq. Allí las cumbres rocosas que se elevan sobre la aldea contienen las que quizá sean las concentraciones más ricas de minerales raros en el mundo. Todo esto está pendiente de aprobación por parte del gobierno, que tendrá que tomarla en esta primera parte del año.

Si se lleva a cabo la extracción, Norteamérica y Europa dejarán de depender de los proveedores asiáticos de tierras raras cuando el próximo año se pongan en marcha la mina y las refinerías correspondientes.

Pero para ello se necesitaría una fábrica capaz de disolver las tierras raras de la roca eudialítica, que hoy sólo existe en Rusia y en China. Estados Unidos quizá llegue a construir una. Trump está empeñado en proteger toda su industria, la farmacéutica, la tecnológica y la de armas; todo pasa por conseguir el contrato de explotación. Pero dudo mucho que ocurra en Europa porque, frente a los procesos altamente contaminantes que produciría una fábrica de este tipo, existen grupos ecologistas mucho más fuertes que los americanos.

Foto de Tomáš Malík

Related posts

Quebró el SVB, el banco woke

Juan Royo Abenia

El cambio climático preocupa menos…

Marta Gasca Gómez

Que un crédito no nos amargue la vida

Miguel Royo Gasca