Mujer

Las españolas, las más «empoderadas» del mundo desarrollado

Algunas de las mujeres más «empoderadas» del mundo desarrollado viven en España

Las españolas están bien representadas en la política, en el sector público, y tienen mejores oportunidades en los negocios, además de menos desigualdades laborales y salariales que en la mayoría de los demás países desarrolladoempoderami

El índice de igualdad Aberdeen Standard Investments evalua las desigualdades que sufren las mujeres

El índice de Igualdad de Género del Research Institute de Aberdeen Standard Investments (ASIRI) puntúa a 29 países desarrollados en función de factores económicos, políticos y de "empoderamiento".

Entre las principales conclusiones, el índice revela lo siguiente:

  1. la COVID-19 está teniendo un efecto negativo medible en la igualdad de género. Las mujeres han perdido terreno en igualdad salarial y laboral. La representación de las mujeres en los puestos estatales y políticos ha disminuido y el acceso a las oportunidades de negocio ha bajado.
  2. Estados Unidos podría revertir la «fuga de cerebros» de su mano de obra femenina, extremadamente bien formada, aprobando políticas a favor de la igualdad.  A pesar de contar con una de las poblaciones femeninas mejor formadas del mundo, las mujeres siguen sin estar suficientemente representadas en la población activa estadounidense. El país ocupa el puesto 27 de 29, y el sistema de puntuación muestra que la falta de políticas de igualdad de género es la principal responsable. La falta de permisos de maternidad y paternidad, los costosos servicios de guardería y la fuerte carga fiscal que soportan los padres y las familias monoparentales podrían mejorarse con la legislación. Las leyes de discriminación por razón de sexo y de igualdad salarial también están atrasadas en EE. UU. en comparación con la mayor parte del mundo desarrollado.
  3. Algunas de las mujeres más «empoderadas» del mundo desarrollado viven en España. Las españolas están bien representadas en la política, en el sector público, y tienen mejores oportunidades en los negocios, además de menos desigualdades laborales y salariales que en la mayoría de los demás países desarrollados.
  4. Japón cuenta con uno de los permisos de paternidad más generosos del mundo, pero la cultura hace que los hombres rara vez lo utilicen. El país ocupa el último lugar en el índice debido a sus bajas cifras de empoderamiento femenino.
  5. Reino Unido ocupa el puesto 23 de 29, por debajo de la República Eslovaca, Grecia, Portugal, Irlanda y muchos otros. Al igual que en Japón, la baja puntuación en el empoderamiento femenino, que se traduce en la falta de puestos de trabajo estatales, de representación política y de oportunidades empresariales, dificulta la progresión de las mujeres británicas.
  6. Después de los países nórdicos, Alemania y Estonia son los países con mayor igualdad de género. Ambos obtienen una buena puntuación en todos los indicadores económicos, políticos y de empoderamiento.

El índice está diseñado para ayudar a tomar decisiones de inversión en función de la igualdad de género de un país, y de si está mejorando o no; pone de relieve las diferentes razones de la desigualdad entre países y señala cómo se puede mejorar la igualdad de forma adecuada en cada país.

«El objetivo es identificar las economías que pueden beneficiarse de una mayor igualdad de género, porque tendrán mejores resultados económicos y podrían ofrecer mejores oportunidades de inversión. Este es nuestro primer año de creación del índice, así que será realmente interesante ver cómo mejoran los países o si la pandemia, por ejemplo, hace retroceder la igualdad de género. Las medidas tan específicas que hemos utilizado facilitan a los inversores ver qué se puede mejorar y dónde. Esto también facilitará el seguimiento de las mejoras, o de los pasos atrás que se den en los años siguientes»

Stephanie Kelly, subdirectora del ASIRI

El índice tiene en cuenta tres áreas concretas en la puntuación: los fundamentales macroeconómicos de cada país, las políticas de igualdad de género y un sistema de puntuación de «empoderamiento».

Los fundamentales macro  son seis indicadores importantes que incluyen: la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, la educación femenina y las diferencias en el trabajo a tiempo parcial, el desempleo y el empleo por cuenta propia. Para medir las políticas, nos fijamos en siete áreas que incluyen: los permisos de maternidad y paternidad, la carga fiscal de los padres, tanto solteros como casados, la protección del empleo y los costes del cuidado de los niños tanto para los padres solteros como casados.

En cuanto al empoderamiento, que es más bien una medida cultural, hay cuatro indicadores: la participación y la representación en la política, el acceso a los puestos de trabajo estatales y las oportunidades empresariales, además de la protección existente para la igualdad salarial y laboral.

La información macroeconómica nos dice en qué punto se encuentra un país en este momento. La información sobre políticas y capacitación nos da pistas sobre la trayectoria futura de un país.

Impulsar la participación femenina en la mano de obra, que es inferior a la masculina en todas las economías de la OCDE, podría revertir el lento crecimiento de la productividad. Las formas cruciales de impulsar la igualdad son: conceder a los hombres un permiso de paternidad, reformar la presión fiscal sobre los segundos salarios y las familias monoparentales, tener en cuenta la calidad y no sólo la cantidad del trabajo femenino -para que el trabajo flexible no suponga una falta de progresión en la carrera profesional- y disponer de más datos sobre la igualdad.

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