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La inversión en verde, lanzada en la Bolsa (1)

Las inversiones en cambio climático y transición energética han arrasado en los mercados financieros desde el comienzo de la pandemia y la correspondiente desaceleración económica

Alexander Monk e Isabella Hervey-Bathurst, analistas de Renovables y Cambio Climático de Schroders han identificado las 7 tendencias que creemos que pueden ayudar a explicar esta fortaleza.

Tendencia 1: Mayor financiación y apoyo político que en recesiones anteriores

Tras la crisis financiera mundial de 2008, el crecimiento de la inversión mundial en energía renovable se redujo drásticamente a medida que las empresas de servicios públicos disminuyeron los gastos discrecionales y se agotó la financiación de los bancos a los promotores.

Pero las cosas han cambiado:

  • Los bancos de todo el mundo están mucho mejor capitalizados que en 2008. Dado que la mayoría de los proyectos de energía renovable forman parte de proyectos de financiación, la relativa fortaleza del sistema bancario debería proporcionar más apoyo esta vez.
  • El sector de las renovables está mejor posicionado. En 2008, los proyectos eólicos y solares seguían teniendo un coste elevado en comparación con el carbón y el gas convencionales, y en realidad sólo eran viables desde el punto de vista financiero debido a las subvenciones (que tenían una capacidad limitada). Cuando las empresas de servicios públicos analizaban sus gastos, los proyectos de energías renovables solían ser las primeras inversiones que se recortaban. Hoy en día, la economía de las renovables es mucho más fuerte y son los proyectos de energía convencional los que están sufriendo los recortes. Esta mejora del entorno financiero ya se ha reflejado en la inversión realizada en el primer semestre de este año, en el que el gasto en nueva capacidad de energías renovables aumentó un 5% interanual a pesar de Covid-19.
  • Ha habido un estímulo fiscal ecológico muy importante -tanto en escala como en alcance- que proporcionará un mayor respaldo al capital, gracias al plan diseñado por la UE y los compromisos de los países individuales.

Los riesgos siguen existiendo, sobre todo cuando se manifiestan los efectos de la desaceleración económica y la recesión

Si bien la inversión en energía convencional ha sido la primera en recortarse durante esta desaceleración, una pandemia prolongada y la debilidad asociada en la demanda de energía y el uso del transporte podría hacer que los inversores se vuelvan más cautelosos también con las energías renovables.
Igualmente, aunque el actual entorno de bajos tipos de interés está sin duda ayudando a la financiación de proyectos, y haciendo atractivos proyectos que de otra manera serían inviables desde el punto de vista financiero, existe el riesgo de que esto cambie en el futuro dados los actuales niveles de deuda pública. Puede que no se trate de un riesgo a corto plazo, pero sin duda es algo que hay que tener en cuenta cuando se adopta una perspectiva a largo plazo.

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