Siendo honestos, la inversión sostenible se enfrentó en 2022 a unos desafíos evidentes
- 1. Vuelta hacia los combustibles fósiles, incluido el carbón térmico, al dispararse los precios del gas, parte como consecuencia de las sanciones contra Rusia.
La energía exhibió considerable fortaleza, mientras que los valores de crecimiento se quedaron rezagados, al adoptar los inversores un enfoque de ‘necesidades primero’ que desplazó a la sostenibilidad a un segundo plano.
- 2. La inversión ASG se ha politizado mucho, y el movimiento contrario ha sido el más ruidoso. En EEUU se ha limitado a la inversión con financiación estatal en los estados republicanos donde predomina la aversión ASG.
La mayoría de las estrategias de inversión no se vieron directamente afectadas, sino indirectamente vía reputación y asociación política, aunque su incidencia no debería infravalorarse.
- 3. Greenwashing es considerado un riesgo incluso mayor, después de que algunas grandes gestoras de activos hayan sido acusadas de inflar sus credenciales ASG.
Disminuye el apoyo a iniciativas globales como la Alianza de Gestoras de Activo Net-Zero. La “decoloración verde” o “green bleaching” (lavado gris) rebaja los credenciales de sostenibilidad reales de las estrategias de inversión.
- 4. La nueva normativa de la UE hace recaer la carga de la prueba del grado de sostenibilidad de un producto de inversión en las propias estrategias y mandatos, siendo mucho más liviana para los productos de inversión que no pretenden integrar factores ASG, lo cual no parece muy justo.
Revulsivos a largo plazo
- 1. La sostenibilidad, sobre todo el cambio climático, es cada vez más relevantes para empresas e inversores.
Los procesos empresariales y los mercados finales se ven afectados por la introducción con éxito de alternativas sostenibles frente a los modelos tradicionales no sostenibles.
Un ejemplo es la generación eléctrica, gracias al crecimiento de las fuentes de energías renovables, pero también los sectores automovilísticos y de alimentación. De hecho, la sostenibilidad incide ahora de alguna forma en todos los sectores, mientras que hace 10 años los inversores podrían ignorarla. Esa opción ya no existe en la actualidad.
- 2. Expectativas y exigencias de clientes y sociedad para que el sector financiero aborde la sostenibilidad van en aumento.
El cambio climático ya es clave para la política de inversión de 7 de cada 10 inversores institucionales y el 66 % aseguran que la biodiversidad será un factor clave o significativo de su política de inversión en los próximos dos años, con un 48 % que afirma que ya lo es en la actualidad.
Eso supone un incremento extraordinario frente al 16 % para quien era relevante y el 5 % para el que era clave, hace dos años. La ejecución de esas políticas no ha hecho más que empezar, pero está muy claro que los propietarios de activos van a ejercer presión sobre sus proveedores para que estos temas se apliquen en las estrategias de inversión.
Cómo puede ayudar la regulación
Por último, la regulación, el inconveniente a corto plazo antes mencionado, también supone un revulsivo a largo. La UE está marcando la pauta, y Asia y Latinoamérica siguen su ejemplo. Aunque la reacción contra la inversión sostenible en algunos estados de EE.UU. suscita mucha atención mediática, la legislación federal evoluciona a favor de la temática ASG.
Antes de fin de año, la SEC publicará sus normas definitivas sobre la información climática a presentar por las empresas. El objetivo es que los inversores tengan mucha más información sobre los riesgos por cambio climático de las empresas con posibilidades reales de afectar significativamente a su actividad.
Esta obligación de información es una novedad en EE.UU.; hay que destacar que probablemente obligue a las empresas a declarar sus emisiones de gases con efecto invernadero, además del impacto de los riesgos climáticos en las partidas de sus estados financieros.
Por tanto, ignorar o no adoptar la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para la mayoría de inversores institucionales. Dependiendo de la trayectoria de sostenibilidad de sus clientes, poco a poco los inversores institucionales están integrando cuestiones ASG en la inversión, ejecutando sus propias ideas de sostenibilidad y buscando formas de aumentar su impacto en el mundo real.
La inversión sostenible está viva y coleando
El interés de los clientes no decae. Incluso en los difíciles tiempos actuales, la sostenibilidad sigue siendo una de las cuestiones que más interesan a nuestros clientes. Y si nos fijamos en un período de tiempo más breve, en el 1T 2023, la rentabilidad de la inversión ASG había aumentado en todo el mundo, y sus flujos de fondos seguían superando a las estrategias tradicionales.
En el caso de Robeco, el porcentaje de estrategias sostenibles a medida en el total de AuM (activos gestionados) aumentó en 2022 hasta el 22%, frente al 20 % de final de 2021 (y el 6 % de 2017).
Este año marca mi 20 aniversario dedicado a la integración ASG y la inversión sostenible. En estas dos décadas siempre han existido períodos de volatilidad a corto plazo, y ninguno fue insalvable. Por tanto, mi convicción no ha decaído ni un ápice. Los mercados financieros se han subido a la ola de la inversión sostenible y no se van a bajar.
P.D. ‘Convicción’ es la palabra que empleé para describir mi enfoque de la inversión sostenible en nuestro nuevo libro, Cuantificando la Sostenibilidad, en el que también aparece Hannah, mi hija adolescente. Dicen que la inversión sostenible consiste en mirar por la próxima generación: ¡esta es la mía!
Masja Zandbergen es directora de Integración de criterios ASG de Robeco.