La contaminación acústica, el ruido, es mucho más que un sonido dañino: afecta dramáticamente a la salud de las personas
«Llegará el día en que el hombre tendrá que luchar contra el ruido tan inexorablemente como con el cólera y la peste»
Robert Koch, 1905
El ruido es el segundo factor más importante de carga ambiental de enfermedades en Europa, solo después de la contaminación del aire. El tráfico rodado es la principal fuente de contaminación acústica en Europa.
Los niveles de ruido aumentarán en ciudades y pueblos, debido a la movilidad. Solo ahora, el 20 % de la población de la Unión Europea está expuesta a niveles de ruido del tráfico perjudiciales para la salud.
La exposición al ruido es un serio problema de salud pública que va más allá de la molestia y de la queja
- pérdida de capacidad auditiva
- acúfenos o tinnitus
- alteraciones del sueño
- enfermedades cardíacas
- enfermedades mentales (estrés, depresión, ansiedad o demencia)
- complicaciones al nacer
- disminución del desarrollo cognitivo y rendimiento de los niños
La exposición al ruido no afecta a todos por igual
La exposición prolongada al ruido ambiental:
En Europa:
- causa 12 000 muertes prematuras
- contribuye a 48 000 nuevos casos de cardiopatía isquémica al año (provocada por el estrechamiento de las arterias del corazón) en Europa.
- 22 millones de personas sufren molestias crónicas
- 6,5 millones sufren trastornos graves y crónicos del sueño
- 12 500 escolares sufren problemas de aprendizaje en la escuela como consecuencia del ruido de los aviones.
En España:
- afectan a la salud de 12 millones de personas durante el día y 9,5 millones durante la noche
- 1 100 muertes prematuras y 4 100 hospitalizaciones al año
Concienciación y prevención: claves para la escucha responsable
Los jóvenes son los que están más faltos de concienciación sobre los efectos del ruido y la importancia de cuidar del oído.
La principal fuente del ruido en los núcleos urbanos es el tráfico, que aumenta la contaminación en el aire y la aparición de enfermedades respiratorias infecciosas que requieren de antibióticos, agravando una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que nos enfrentamos en la actualidad: la resistencia a los antimicrobianos.
El ruido no es una molestia leve ni un contaminante de menor importancia, sino que el ruido y las vibraciones son contaminantes de primer orden que afectan a nuestra salud y bienestar, igual que lo hacen los tóxicos en el aire o en el agua, y sin olvidar que también afecta a la biodiversidad, alterando el equilibrio de los ecosistemas en que vivimos.
“hay excesiva tolerancia hacia un elemento constante en nuestras vidas y que nos pasa factura: el ruido excesivo.
Nos topamos con él en la calle, en el trabajo, en los locales de ocio, en nuestros hogares y en muchos otros contextos, pero se tiene tan asimilado que a menudo parecería que no es así»
Francesc Carreño, GAES
El ruido es un problema de salud y bienestar muy subestimado. Aunque no seamos conscientes, nuestro cuerpo está en “estado de alerta” y reacciona (por ejemplo, desencadenando respuestas hormonales y procesos de inflamación).
Si esto se cronifica, contribuye a la diabetes, riesgos para el embarazo y la salud mental.
“Dieta silenciosa” contra el ruido
- prestar atención a los ruidos que hacemos
- evitar los lugares de ocio ruidosos
- limitar el volumen de nuestros reproductores personales de música y el tiempo de uso
- proteger adecuadamente nuestra audición
- no elevar la voz al comunicarnos
- evitar conductas ruidosas como andar con tacones o zapatos de suela dura en casa
- comprar electrodomésticos silenciosos
- no hacer bricolaje en horas nocturnas
Fuente: DKV, GAES y ECODES, Observatorio de Salud y Medio Ambiente, “Ruido y Salud”
Foto de Tima Miroshnichenko