Alimentación y estilo de vida condicionan el riesgo de padecer cáncer aunque hay otros factores como la genética
Isabel Martorell, doctora en biomedicina y responsable del equipo de nutrición y salud en Nootric
- ¿Se puede reducir el riesgo de padecer cáncer a través de la alimentación?
Sí. De hecho, la OMS afirma que un tercio de los cánceres son derivados de factores prevenibles, como sobrepeso, obesidad, un bajo consumo de frutas y verduras, inactividad física o consumo de tabaco y alcohol. Por lo tanto, sí se puede afirmar que a través de la alimentación se puede reducir el riesgo de padecer cáncer. Dicho esto, es importante destacar que hay otros factores que no dependen de nuestro estilo de vida y por los que podemos padecer esta enfermedad, como pueden ser los factores genéticos.
- ¿Existe alguna recomendación alimentaria que sirva a todos los pacientes oncológicos por igual?
Lo cierto es que sí existen unas recomendaciones generales dirigidas a la obtención de nutrientes, la hidratación o prevención de posibles infecciones entre otros aspectos. No obstante, cada paciente oncológico es único y sus necesidades cambian según el tipo de cáncer, el tratamiento y su sintomatología.
Las recomendaciones deben adaptarse a cada persona
Lo más importante es que esas pautas estén supervisadas por un profesional, porque no hay un “plan único” que funcione para todos.
- ¿Qué alimentos pueden ayudar a sobrellevar mejor los síntomas de los tratamientos oncológicos?
Los efectos secundarios durante el tratamiento pueden ser muy diferentes, desde las náuseas y vómitos a la disfagia, falta de apetito, cansancio o molestias intestinales, entre otros.
Es por esta razón que contestar esta pregunta con un listado de alimentos no es fácil. Además, no solo se debe tener en cuenta el alimento, sino también la presentación de este, desde un punto de vista de textura o elaboración culinaria. Así que, a grandes rasgos, podemos resumirlo en que, para sobrellevar mejor los síntomas de los tratamientos oncológicos, se recomienda consumir alimentos frescos y de proximidad, cocinados con técnicas suaves como al vapor o al horno, evitando fritos y guisos pesados. Priorizar grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, el pescado azul y los frutos secos favorece una buena salud intestinal.
El uso de hierbas y especias aromáticas aporta sabor y beneficios nutricionales adicionales
Además debemos escuchar al cuerpo y adaptar la alimentación según la casuística específica del paciente. En Nootric contamos con un equipo de nutricionistas especializados en patologías, como las oncológicas, que diseñan un plan nutricional personalizado de acuerdo a la sintomatología y las características concretas de cada paciente.
- ¿Es cierto que existen ciertas vitaminas o proteínas que fomentan la reproducción de las células cancerígenas? ¿Cuáles son?
La respuesta corta sería: no existen vitaminas o proteínas específicas que fomenten directamente la reproducción de células cancerígenas. No obstante, podemos entrar en matices. Ciertos patrones alimentarios pueden influir en el riesgo de cáncer, como el elevado consumo de carne roja y/o procesada. En este sentido, las proteínas de origen vegetal tienen un efecto protector demostrado pudiendo influir en la prevención del cáncer. Por otro lado, el efecto antioxidante de múltiples vitaminas y minerales puede tener también un efecto protector. Es importante resaltar que más no siempre es sinónimo de mejor.
Si alguien está pensando en tomar suplementos, es fundamental que lo haga bajo la supervisión de un médico o nutricionista especializado.
- ¿Por qué es tan importante mantener un patrón nutricional adecuado cuando se padece?
La alimentación es una de las herramientas más poderosas para mantener el cuerpo fuerte durante el tratamiento. Comer bien ayuda a preservar la masa muscular, mantener la energía y fortalecer el sistema inmunológico, que muchas veces se ve comprometido.
Además, una buena nutrición puede hacer que los efectos secundarios de los tratamientos sean más llevaderos y que el cuerpo se recupere más rápido. Más allá de lo físico, la alimentación también es un apoyo emocional: sentirse bien alimentado puede dar una sensación de control y cuidado en un momento tan complicado.
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