PSOE, ERC, PNU y Bildu, entre otros, en contra de impulsar un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio independiente de la Estrategia de la Salud Mental 2022-2026
«Se requiere un plan con medidas, políticas y programas concretos, y con especial incidencia en la población adolescente y de personas mayores, así como en aquéllas que presentasen algún trastorno mental”
Alberto Catalán, UPN
Este plan, además, se desarrollaría en coordinación con las Comunidades Autónomas y con organizaciones de la sociedad civil, e incluiría pautas prácticas de actuación a educadores, agentes sociales, cuidadores, profesionales sanitarios y familiares con un doble objetivo: difundir información veraz y poner fin al estigma asociado al suicidio.
La gestión de la Salud Mental en España, un tema tabú
A pesar de los avances sociales, las políticas públicas dejan mucho que desear, sobre todo en el ámbito de discapacidad o la enfermedad mental.
En 2020 se suicidaron en España 3.941 personas, 2.930 hombres y 1.011 mujeres, la cifra más alta desde que en 1906 se iniciaron los registros.
El suicidio requiere la atención de todas las administraciones públicas -sanitarias y el resto- en coordinación con la sociedad civil que lleva años trabajando activamente en actuaciones y programas de prevención e intervención de la conducta suicida.
El gobierno argumenta que ya se está tomando medidas con el desarrollo de la nueva estrategia de salud mental, actualizada después de 12 años, y la entrada en funcionamiento del teléfono contra el suicidio 024.
Pero sin la financiación adecuada y sin tener en cuenta a los colectivos de profesionales, ni a las plataformas cívicas que trabajan por la Salud Mental, son manifiestamente insuficientes.
Las iniciativas puestas en marcha por el por Gobierno no están en relación con su compromiso público con la Salud Mental mientras no se disponga de la dotación económica y profesional suficiente para reducir el número de muertes por suicidio.
¿Es necesario incrementar los impuestos? No. Tan solo con que el gobierno utilizara correctamente sus partidas presupuestarias, teniendo en cuenta que despilfarra 60.000 millones de euros.
Foto de Elijah O’Donnell