El Día Mundial del Futuro es una fecha promovida por la UNESCO para reflexionar sobre el potencial y las capacidades de nuestras sociedades
También sobre las nuevas tendencias que marcan nuestros pasos y los retos a los que nos enfrentamos para garantizar que dejamos a las próximas generaciones un mundo más sostenible.
ComBoca ha consultado a Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership sobre el futuro de la gestión de intangibles y a Olivia sobre el futuro del liderazgo y la gestión empresarial.
A diez años vista el futuro…
Estará mucho más consolidado y profesionalizado, impulsado por la creciente relevancia de activos como la reputación, el propósito corporativo, la marca corporativa o la comunicación estratégica, que serán considerados el principal motor de creación de valor.
La construcción de confianza, la mitigación de los riesgos reputacionales y la necesidad de conectar con los públicos de interés serán clave para impulsar el crecimiento empresarial, en un contexto cada vez más volátil, de cambio constante y tensiones geopolíticas. La tecnología permitirá integrar métricas y modelos de medición de intangibles que facilitarán la toma de decisiones meditadas y contrastadas por parte de la alta dirección.
Pero deberán vencer la resistencia al cambio de quienes no sean capaces de comprender el impacto de los intangibles en el negocio, e invertir y profesionalizar su medición mediante herramientas avanzadas que justifiquen y avalen la toma de decisiones. Todo ello resultará completamente necesario en la consolidación de un nuevo modelo de negocio cuya mirada está puesta en la generación de valor compartido y cuyo foco concentra esfuerzos y energías en el largo plazo.
La sociedad experimentará una transformación significativa
Impulsada por la evolución de la tecnología, la sostenibilidad y la adaptación a un mundo cambiante. Las empresas españolas adoptarán modelos de liderazgo más horizontales para retener un talento joven que demanda entornos de trabajo más democráticos y flexibles.
Estarán más comprometidas con el bienestar de sus empleados, la ética empresarial y la equidad social. Tratarán de generar entornos laborales ágiles que fomenten la innovación continua y la adaptación a cambios rápidos. Los líderes tendrán que ser gestores del cambio, capaces de transformar resistencias y de integrar la IA en todas las áreas empresariales. La agenda medioambiental será una de sus prioridades, para cumplir con la transición hacia una economía baja en carbono. Y deberán aprender a competir y colaborar a nivel global, haciendo frente a los cambios geopolíticos que se están gestando. Para alcanzar este escenario deberán vencer la resistencia al cambio, pues la transición hacia modelos más ágiles y digitales puede ser un desafío cultural y organizacional.
Asimismo, las barreras económicas, la falta de formación y de inversión en innovación pueden limitar el acceso a estos avances, especialmente en empresas pequeñas. Y algunas políticas gubernamentales y regulaciones pueden ralentizar estos procesos o frenarlos completamente.