En la próxima década se crearán 24 millones de nuevos empleos en todo el mundo relacionados con la sostenibilidad y el medio ambiente. En España, 500.000
La carrera por la digitalización y la adopción de herramientas de comercio en línea protagonizaron 2020 y buena parte de 2021. Además, la COVID-19 mueve a los consumidores a una preocupación por el impacto de sus compras.
La preocupación y el cuidado por el medio ambiente y la sostenibilidad es una prioridad para las empresas que ya han conseguido sus objetivos de digitalización y adopción de nuevas formas de comercio.
¿Cuáles son las tendencias que hay que tener en cuenta en este sentido? ¿Qué caminos pueden tomar las empresas para convertirse en ‘eco-friendly’?
- Nuevas oportunidades laborales. Según la OIT en la próxima década se crearán 24 millones de nuevos empleos en el mundo relacionados con la sostenibilidad y el medio ambiente, una cifra que alcanza el medio millón de puestos de trabajo en el caso de España. Muchos de estos empleos estarán directamente relacionados con la actividad diaria de las empresas, como el diseño de embalajes y envases más respetuosos con el medio ambiente o la gestión logística de rutas menos contaminantes. También se espera que el perfil de Responsable de Calidad y Medio Ambiente sea cada vez más valorado por las empresas de cualquier tamaño.
- El uso de las energías renovables supone una gran rentabilidad. Potenciar la actividad diaria de cualquier empresa con fuentes de energía renovable no solo es bueno para el planeta, sino que a medio-largo plazo también puede resultar rentable para el bolsillo de la compañía. Esto no solo se debe a que son fuentes inagotables y a que sus costes de instalación suelen ser bajos, pues en algunos casos se puede vender la energía producida pero no consumida. Es el ejemplo de la energía solar, pues desde la aprobación en 2019 del Real Decreto 244/2019 en España se puede trasladar a la red los excedentes generados para obtener una compensación económica.
- Reducción de la huella de carbono en las empresas. Casi todas las acciones que genere una organización de hoy en día va a tener un impacto en forma de emisiones contaminantes, desde los propios procesos de fabricación hasta el mantenimiento diario del lugar de trabajo, pasando por los envíos de producto a domicilio. Pero esta huella de carbono puede reducirse con pequeños gestos como utilizar vehículos eléctricos en los repartos y promover el teletrabajo para reducir el impacto ambiental de las oficinas. Esta perspectiva también puede traer beneficios económicos a la empresa, pues sirve de primer paso para aumentar su eficiencia y ahorrar en costes superfluos. Y en el caso de las empresas más grandes en las que es difícil reducir las emisiones, siempre se puede compensar su huella de carbono con programas de compensación a proyectos que reduzcan una cantidad de CO2 equivalente.
- Innovación y sostenibilidad van de la mano. Con las campañas de vacunación en marcha, es previsible que las oficinas vuelvan a llenarse tarde o temprano y con ello regrese el impacto medioambiental que supone tener las luces y equipos encendidos durante varias horas o mantener una temperatura adecuada. Recurrir a gestos como utilizar bombillas eficientes o programar la desconexión automática de los equipos siempre ayudará, pero nunca está de más invertir en innovación para convertir las oficinas en espacios 100% eficientes. Mejorar el aislamiento térmico, programar el pagado automático de los dispositivos o contar con iluminación de graduación automática son algunos ejemplos en este sentido que pueden generar un beneficio medioambiental y económico a la empresa a medio-largo plazo.
- Relación con otras empresas ‘eco-friendly’. Las operaciones empresariales de cualquier tipo pueden acabar generando un impacto en la huella medioambiental, incluso de forma indirecta al tratar y hacer acuerdos con otras empresas que puedan ser contaminantes. Por ello, cada vez más compañías apuestan por llevar su filosofía sostenible a todo su entorno, incluso a los acuerdos con proveedores e intermediarios. Esto se puede realizar de distintas maneras, como fomentando colaboraciones con empresas con un impacto negativo, contratando distribuidores poco contaminantes o eligiendo productores que cuiden al máximo su cadena de manufacturación.
“La transición hacia la economía verde y circular lleva siendo uno de los objetivos prioritarios de las empresas, pero no cobró total relevancia hasta que la pandemia y el confinamiento mostraron el impacto que tiene el modelo productivo actual sobre nuestro planeta.
La solución pasa por adoptar objetivos de sostenibilidad adaptados a las capacidades y la producción de cada empresa.
Estas metas medioambientales, además, son un buen camino para obtener una ventaja competitiva, pues los mercados financieros valoran positivamente este compromiso y ofrecen tipos de interés más baratos a las organizaciones que cumplan con determinados criterios sostenibles»
Antonio Salido, CEO de Nuvix Consulting