La contaminación es uno de los grandes enemigos de nuestra salud: residuos del tráfico, calefacciones o fábricas por no hablar de eventos químicos, biológicos, radiológicos y nucleares (NRBQ) por causas naturales, accidentales o deliberadas
Otro de los problemas es que estos agentes contaminantes se dispersan fácilmente y son difíciles de controlar, lo puede poner en peligro la vida de personas, animales y plantas.
José Luis Pérez Díaz (Universidad de Alcalá de Henares) ha creado el primer sistema que consigue hacer colapsar las partículas contaminantes que se encuentran en el aire evitando de esta manera su dispersión descontrolada. Financiado por el VII Programa Marco de la Comisión de la UE, Counterfog proporciona una respuesta rápida contra todo tipo de agentes que se encuentran en el aire incluidos agentes químicos, biológicos, radiológicos y nucleares, así como micropartículas sólidas como las del humo generado por los motores Diesel o las que se producen en un incendio.
Counterfog elimina las partículas, esporas o bacterias pequeñas y nocivas del aire en pocos minutos utilizando simplemente agua y aire comprimido, aunque en determinados casos se debe añadir un catalizador. Su funcionamiento consiste en proporcionar un chorro de niebla hecho de gotitas de líquido del tamaño de micras, las cuales colisionan con las partículas nocivas presentes en el aire, las agregan y caen o se adhieren a las superficies, donde luego se pueden tratar de una manera controlada. El tamaño de estas gotas es la clave: si fueran demasiado grandes, las partículas simplemente fluirían a su alrededor; si las gotas de líquido fueran demasiado pequeñas, no tendrían la masa suficiente para agregar partículas. El Counterfog puede dispersar además otros descontaminantes y desinfectantes porque el tamaño óptimo de las gotas que proporciona minimiza el volumen de los residuos que se recogerán posteriormente. Menos del 1% de aditivos inofensivos han demostrado ser suficientes para lavar incluso las partículas hidrofóbicas.
Counterfog es un sistema respetuoso con el medio ambiente tanto por el uso de sustancias inocuas como por la minimización de los residuos. Las pruebas de toxicidad realizadas hasta la fecha no han encontrado daños significativos en los ratones expuestos a su acción.
Los efectos de Counterfog en un lugar cerrado son efectivos unos minutos después de la activación del sistema; en campo abierto puede requerirse una activación continua para crear una barrera que impida la difusión de una nube tóxica. Se puede instalar permanentemente en un edificio o industria con un sistema de activación manual o automática, pero también se puede alimentar utilizando tuberías flexibles o semiflexibles de maquinaria portátil preparadas para un despliegue rápido, por ejemplo a bordo de un camión. De esta manera puede utilizarse para confinar una fuente contaminante dondequiera que se encuentre: por ejemplo en un incendio, un escape de gas o radiactivo, o un posible ataque terrorista con agentes biológicos o químicos, como ocurrió en el metro de Tokio en 1995 donde liberaron gas sarín.
La instalación está recomendada en fábricas, hospitales, centrales nucleares, aeropuertos, y cualquier lugar donde se pueda reunir mucha gente; también en vehículos que transporten productos peligrosos. Asimismo, puede ser vital durante un incendio, no por su capacidad de extinción, puesto que ésta es muy limitada porque la cantidad de agua que utiliza es pequeña, sino por su capacidad para controlar el humo, evitando su diseminación y enfriándolo. Sus creadores recomiendan su instalación en edificios junto al sistema de protección contra incendios para que se ponga en funcionamiento en cuanto detecte la presencia de humo. Por último, la instalación permanente de Counterfog en grandes ciudades, tanto en interiores como en exteriores, parece ser una forma efectiva de limpiar el aire contaminado y por lo tanto contribuir en gran medida a la protección del medio ambiente y de la salud.
Universidad de Alcalá
El proyecto Counterfog está liderado por investigadores de la Universidad de Alcalá bajo la dirección del profesor José Luis Pérez Díaz, y cuenta con la colaboración de la Universidad de Strathclyde (UK), CIEMAT, la Academia de Ciencias de la República Checa, la Academia de Ciencias de Bulgaria, Vojenský výzkumný ústav, s. p (República Checa), BPE Dr. Hornig (Alemania), la Sección española de la Asociación Europea de Ferroviarios AEC, Consilium (Suecia) y la Universidad Carlos III de Madrid. Además la UME, entre otros expertos externos, ha participado en la evaluación de la tecnología y sus posibles aplicaciones.
José Luis Pérez Díaz es catedrático de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Alcalá y Director del Máster de Ingeniería contra el fuego de dicha universidad. Ha trabajado en el CERN, CSIC y varias universidades en Madrid, Reino Unido y Suecia. Es autor de más de un centenar de trabajos científicos y una veintena de patentes, ha dirigido una serie de proyectos de investigación internacionales y ha promovido la creación de varias empresas de base tecnológica. Los temas en que ha desarrollado su actividad son variados incluyendo física fundamental y materia condensada -con interesantes trabajos sobre la congelación del agua- , ingeniería de mecanismos sin contacto y tecnologías de descontaminación.