La amenaza de emisiones fantasma de CO₂ en los desplazamientos laborales del día a día no se reflejan en los informes de sostenibilidad
Si los trayectos se realizan:
- fuera de plataformas de gestión
- vehículos sin trazabilidad ni etiquetado ambiental
- situaciones tan comunes como los 15–20 minutos perdidos buscando aparcamiento, que en entornos urbanos se repiten a diario…
Emisiones invisibles en los informes ASG pero reales en su impacto ambiental
Son uno de los grandes puntos ciegos de la sostenibilidad empresarial. No aparecen en los reportes porque no se miden, pero tienen consecuencias tangibles en términos de huella de carbono y eficiencia operativa. Es una brecha crítica en la gestión de la movilidad corporativa.
Reducir emisiones no es lo mismo que compensarlas
Plataformas como Joinup permiten un control auditable total sobre los desplazamientos
- kilometraje
- geolocalización de trayectos
- identificación del tipo de vehículo empleado
- integración de todos los servicios (taxi, parking, recarga, carpooling)
El transporte es responsable del 30 % de las emisiones totales de GEI en España, siendo los desplazamientos urbanos y laborales uno de sus componentes clave.
Muchas de esas emisiones no están siendo contabilizadas lo que agrava la brecha entre sostenibilidad percibida y sostenibilidad real.
Taxis eléctricos y flotas ECO logran reducciones inmediatas de hasta el 60 % en sus emisiones de CO₂.
Ley de Movilidad al Trabajo
Solo con trazabilidad, las compañías pueden demostrar
- uso de transporte sostenible ante auditorías
- asociar desplazamientos a empleados y sedes
- centralizar toda la información en una única plataforma
- mejorar ocupación de vehículos particulares
- reducir los costes asociados a los desplazamientos laborales
Riesgos
- informes ASG incompletos
- acusaciones de greenwashing involuntario
- pérdida de acceso a fondos públicos
- problemas en auditorías medioambientales
- deterioro de la reputación corporativa ante inversores, talento y consumidores
“En sostenibilidad, lo invisible también deja huella. Si las empresas quieren tomarse en serio su impacto ambiental, deben empezar por detectar lo que hoy no están midiendo. Porque lo que no se mide, contamina en silencio. Y 2025 debe ser el año en que eso deje de ocurrir»
Elena Peyró, Joinup