La acción local y la participación ciudadana como claves para una transición justa, sostenible e inclusiva como sucedió en Valencia
Es necesario un cambio estructural en nuestra forma de vida, la organización del territorio, la política y la gestión del cambio climático. La misión de adaptación resalta conectar con las personas, utilizando términos como «seguridad» para ciudades, medioambiente, sociedad y economía. En Valencia, esta misión ha fallado, requiriendo ahora un largo proceso de recuperación.
La catástrofe en Valencia revela el extraordinario valor de las personas, con una comunidad que ha mostrado una inmensa solidaridad al brindar ayuda y retirar los fangos. Aunque la intensidad de la ayuda ha disminuido un mes después, el continuo apoyo mutuo sigue inspirándonos en la labor de recuperación.
«Estamos profundamente agradecidos por la generosidad y compromiso de todos los que han colaborado, lo que nos motiva a seguir adelante” Karla Zambrano
Es crucial actuar ahora, ya que el cambio climático no espera
Las iniciativas locales enfrentan este desafío con prácticas sostenibles. Por ejemplo en la Ribera del Duero, urge implementar medidas sostenibles, como la retención de agua, para asegurar la viabilidad de nuestros ecosistemas y economías locales.
Por su parte, a loa hora de eliminar residuos en el Río Guadalquivir es imprescindible involucrar a los niños para inculcarles responsabilidad ambiental desde temprana edad. En el mundo del fútbol hay que fomentar hábitos de reciclaje entre los asistentes a partidos, generando una conciencia social que ha llevado a una notable reducción de residuos y contaminación y creando el impacto social que buscábamos.
La educación impulsa cambios ecológicos y sociales. Educar es sembrar un futuro sostenible
«En Toledo, colaboramos con instituciones para fomentar la conciencia ambiental en los más jóvenes, mediante actividades prácticas como la replantación de zonas verdes y la recogida de residuos, abordando el escepticismo sobre el cambio climático y promoviendo una conciencia duradera”
Leticia Pilar Gil Ramos
A pesar de la abundancia de leyes medioambientales, su aplicación es deficiente debido a la inacción institucional, permitiendo que se siga contaminando. Esto erosiona la confianza pública. Sin embargo, la participación ciudadana ofrece una vía de esperanza para el cambio, planteando la crítica cuestión de si la justicia tiene los recursos y el compromiso necesarios para hacer cumplir efectivamente estas normativas.
La COP29 se ha llevado a cabo en un contexto geopolítico complicado y en el año más caluroso registrado
Aunque nos alejamos de los objetivos del Acuerdo de París, se han logrado avances importantes. Los países desarrollados proporcionarán 300 000 millones de dólares anuales hasta 2035 para apoyar a los países en desarrollo en la reducción de GEI. También se llegó a un acuerdo sobre los mercados de carbono, que facilitará el cumplimiento de los planes climáticos de manera más eficiente.
Sin embargo, no se lograron avances en el Programa de Trabajo de Mitigación, dejando pendientes las metas para aumentar la ambición climática.
«Al comprometernos con objetivos que ya son leyes, garantizamos un futuro sostenible y resiliente. Es crucial que los jóvenes tengan voz en la toma de decisiones, ya que en el corazón del proyecto europeo está el ciudadano, con sus derechos y su potencial para actuar, como ha demostrado el voluntariado en Valencia”
Elena López Gunn
Con los nuevos acuerdos sobre el mercado de CO2, se cierra un importante capítulo del Acuerdo de París, pero lo importante es que, tras la COP29, los países presenten unos planes climáticos sólidos el próximo año.
El Pacto por el Clima conecta a personas de todas las profesiones y condiciones sociales para trabajar juntos en la lucha contra el cambio climático y la degradación del medio ambiente. Asimismo, invita a todos los europeos a participar y beneficiarse de la acción por el clima, para desarrollar soluciones grandes y pequeñas e impulsar y ampliar el cambio positivo hacia una Europa más verde.